Saturno Devorando a un Hijo (Francisco de Goya) |
¿Qué relación tenían todos esos nombres y aquellas frases? ¿Quién demonios había cogido mi libro para escribir todo aquello en esas páginas? ¿Y por qué esas páginas en particular? En ese momento pensé que lo más racional sería dejar el libro en su sitio y olvidarme de toda esa locura. Seguramente esas anotaciones llevaban siglos allí escritas pero nunca me había fijado en ellas. O puede que tal vez simplemente no lo recordara, después de tantos años sin tocar el libro. Pero algo en mí me estaba pidiendo a gritos que siguiera investigando; que había algo importante detrás de todas esas anotaciones y que me incumbía más de lo que quería pensar. Me encantaría deciros que dejé el libro en su sitio, o mejor, que lo quemé y todo quedó en una simple anécdota. Pero eso habría sido demasiado maduro, y aburrido, ¿no creéis?
Ya tenía ganas de leer algo más :))
ResponderEliminarInteresante... esto se va poniendo muy interensante ^-^
Besos!!!
Sara.
La última frase, ¡simplemente genial! Me ha encantado. :)
ResponderEliminarTe deja con ganas de leer más. Me ha gustado :)
ResponderEliminarIsabel
Sinceramente, muy bueno! Con ganas de seguir leyendo más, estaré atenta a tus posts!
ResponderEliminarUn saludo.
Paula.